Tuve un accidente y desde entonces ya no soy el mismo.
Muchas personas me han contado algo similar durante mi práctica como osteópata. A menudo, recuerdan ese golpe, esa caída, ese accidente de tráfico que tuvieron hace ya mas de un año o incluso más, y pese a que el médico les dijo que todo estaba bien, pese a que en las pruebas estaba todo bien, pese al reposo y la medicación que tomaron, ahora, pasado un tiempo, cada vez se encuentran peor, ya no son los mismos desde ese accidente. E incluso, muchas veces, su memoria, eligió olvidar ese trauma, se encuentran mal y no saben por qué, o al menos no relacionan el por qué, pero el cuerpo a menudo no olvida sucesos así.
¿Puede esto estar repercutiendo en mi salud después de tanto tiempo?
¿Cómo? ¿Por qué?
Para entender esto hemos de sostenernos en una de las leyes fundamentales de la osteopatía y también de la Naturaleza: La ley de la Causa y el Efecto.
Causa y efecto son eternas. Puede que el efecto no aparezca al principio, pero con el paso del tiempo la causa, se añade a otra causa, hasta que aparece el efecto, o sea, el síntoma o la enfermedad.
El cuerpo humano es una máquina compuesta de estructuras anatómicas que reciben energía cada día. Es decir, todo lo que llega a nuestro cuerpo es recibido y digerido por éste. Cada paso mientras caminamos, cada gesto cuando realizamos deporte, cada conversación que tenemos, cada alimento que ingerimos… esto y muchísimas cosas son formas de energía que nuestro cuerpo recibe y digiere cada día. Y esto lo hace gracias a las estructuras anatómicas que tiene; músculos, órganos, fascias, ligamentos, huesos, tejido nervioso, circulatorio…etc., todo esta recibiendo continuamente energía, y algo igual de importante, al igual que la recibe, deja ir o elimina lo que no le sirve. Esto lo vemos fácilmente cuando comemos, que luego eliminamos lo que nuestro cuerpo no necesita.
Cuando recibimos impactos físicos o traumatismos; accidentes, caídas, golpes… es energía física que llega a nuestro cuerpo, y que nuestro cuerpo necesita digerir para que no se vea afectado por ello. INGERIR, significa ACEPTAR LA ENERGÍA, UTILIZARLA y ser capaz de ELIMINAR lo que no nos sirve. En el caso de nuestro cuerpo, ¿QUÉ FACTORES INFLUYEN EN QUE NUESTRO CUERPO RECIBA BIEN LA ENERGÍA DE UN GOLPE O TRAUMATISMO, Y SEA CAPAZ DE DIGERIRLA CORRECTAMENTE?
Digamos que estos tres factores son los principales para que mi cuerpo acepte la energía que le llega.
¿Que ocurre cuando no se digiere bien el impacto (la energía recibida)?
Que se quedará retenida en el cuerpo y esto se materializará en nuestra anatomía. Es decir, mis articulaciones perderán movilidad, mis tejidos corporales se harán más rígidos, densos, mis órganos dejaran de funcionar correctamente, … y muchas más cosas, que producirán alteraciones en la FISIOLOGÍA DEL CUERPO. Otra ley osteopática: El estado de la estructura o anatomía determina su funcionamiento.
Mi sangre, mis nervios ya no circulan con la misma calidad que antes del golpe, y esto con el tiempo, y a menudo con el paso del tiempo traerá un efecto. Ahora me duele la espalda, no voy al baño, no duermo bien, me duele una rodilla, … etc., que si lo miro con la ley de esta sociedad que piensa que todo aparece de un día para otro, y lo mata enseguida (con las pastillas), no entenderé por qué. Pero si veo que ese golpe empezó a disminuir la calidad de la función de mi cuerpo, y tuvo una repercusión en el conjunto del organismo que recibió el golpe, podré entender cómo con el paso del tiempo, no solo se verá afectada la parte donde me golpeé, sino que además me encontraré peor de salud.
Un osteópata que mira así la anatomía entiende el efecto. Y tratará de manera holística en el cuerpo, en lugar de pensar que el efecto y la causa están en el mismo sitio. La ley de la causa y el efecto nos enseña que el efecto, a menudo está lejos de la causa….
“¡¡ahora entiendo por qué el osteópata siempre me toca donde no me duele!!!!”
Franki Rocher
Osteópata D.O