Estamos pasando momentos de verdadero estrés. Y no un estrés que viene solo por la química del virus, sino también por todo lo que estamos pasando a nivel personal, emocional y espiritual.
Nuestro cuerpo está en un estado de estrés continuo frente a todas las situaciones personales que estamos atravesando; familiares, de pareja, laborales…etc., y que mantienen a nuestro cuerpo en un estado de estrés, lucha y vigilancia continua contra todo ello, o si queréis llamarlo de otra manera, vivimos en un estado en el que nuestro sistema nervioso está en muchos momentos al máximo de su actividad, un estrés continuo de lucha y de alerta contra todo lo que estamos viviendo, a esto en medicina le llamamos un estado de simpaticotonía, el Sistema Nervioso Autónomo e Involuntario de nuestro cuerpo está en desequilibrio, provocando efectos como insomnio, alteraciones digestivas y hormonales, pero no enfermedades, y que si como osteópatas somos capaces de relacionarnos con el cuerpo seremos capaces de sentir muchos signos de ello con nuestra palpación.
¿Pero qué ocurrirá cuando todo esto pase?
Cuando todo el estrés de esta situación mundial se termine, porque se terminará, nada dura para siempre, porque todo en la naturaleza y el universo funciona a modo de ciclos. ¿Qué pasará cuando el Sistema Nervioso involuntario se relaje, deje de defenderse ante tanto estrés, y se active la relajación, o sea, nuestro Sistema Nervioso Parasimpático? ¿Qué pasará cuando el enemigo se vaya, y los soldados de nuestro sistema inmune dejen de protegernos? Será entonces cuando vendrá el verdadero enemigo. Ya lo dijo A.T Still y mucho otros que observaban la Naturaleza continuamente, “La causa y el efecto son eternas.” Puede que ahora solo veamos efectos, pero la causa está ahí, y tarde o temprano con el paso del tiempo mostrará sus efectos. Causas que no aparecerán en una radiografía, una resonancia o ningún diagnóstico relacionado con la función, sino que se mostrarán evidentes cuando el osteópata palpe la estructura anatómica del paciente , y empiece a encontrar razones para que las circulaciones sanguíneas, nerviosas y energéticas, vayan y vuelvan con normalidad, y que con el paso del tiempo, nos mostrarán el efecto, la verdadera enfermedad.
Franki Rocher
Osteópata D.O